No hace tanto… vivía en un viejo estanque, sumergida bajo el agua, rodeada de frio y oscuridad. Me sentía sola, aun estando rodeada de seres vivos. A veces me faltaba el aire, me costaba ver y escuchar, las imágenes se difuminaban y todo sonaba lejano y difuso. Al mirar hacia arriba conseguía ver la luz del sol reflejándose en la superficie.
Vivía en un ecosistema que no era el mío. Te hacen creer que eres un gusano y que morirás en el estanque con los demás. Dejas de creer en ti, dejas de reconocerte, pierdes propósito, pierdes vida. Te apagas.
Un día dejé de mirar y decidí trepar con todas mis fuerzas en busca de luz, en busca de oxígeno. Trepe por el tallo de las majestuosas flores de loto, me caí muchas veces, me agoté, lloré, pero solo miraba hacia esa luz que me hacia sentir esperanza. Miedo y angustia. Mucho, pero, los use como motor para escapar.
Sentí el irresistible deseo de respirar, quería volar sin saber hacerlo, cuanto mas me acercaba a la superficie, mas viva me sentía. Algo dentro de mi se encendió. Alcancé la orilla y el cansancio y el dolor se apoderaron de mi. Algo estaba cambiando completamente. Me estire en la tierra húmeda y caliente. enterré mi cuerpo e inhale ese delicioso olor a tierra. Cerré los ojos y me sentí morir. Mi cuerpo se descomponía fragmento a fragmento.
Un ruido me despertó, desorientada y sola. Nada me era familiar, la luz del sol era intensa, los colores brillantes, el aire soplaba suave, el sonido de la selva me rodeaba pero un zumbido buscaba mi atención…
Y de repente la vi… una gigante libélula frente a mi.
Aparecen como guías para recordarte quien eres, para devolverte las alas, la fuerza y el equilibrio.
A veces te sientes una larva insignificante, pero no lo eres. La transformación no es fácil, duele, la tienes que hacer sola y quemar todo lo que fuiste o crees que eres, elimina el ego. Debes estar muy consciente, aguanta.
De repente un día consigues volar. Como si flotaras en el espacio.
Entonces, entiendes que ese acto de valor es necesario para encontrarte. Debes cambiar la perspectiva de tu vida y comprender su significado. Vivir el ahora y tomar la decisión de avanzar.
Todos los crecimientos duelen. Pero te acercan a ti y a tu propósito vital.
He resurgido como guía, como prosperidad y felicidad, como fuerza y coraje para todos aquellos que me acompañen en este bonito viaje llamado vida.
Ahora, en mi soledad. Contemplo esta transformación, segundo a segundo.
Contemplo y repaso todas las etapas de mi vida, de huevo a larva a ninfa a libélula. Sin necesitar muchos años, las cosas de la vida suceden ahora…
Ha sido un largo y bonito viaje. He mudado mi piel muchas veces, me he adaptado y finalmente me he transformado. Soy efímera, dejo de ser, me entrego a la vida. Tierra es mi cuerpo, aire mi aliento, agua mi sangre, fuego mi espíritu y espacio vacío mi corazón. Renazco en dragónlfy.
Renace christy repetto
“Las libélulas son recordatorios de que somos luz. Todos podemos reflejarla y ofrecerla a los demás de manera poderosa si decidimos hacerlo”.
–Robyn Nola-