Por Christy Repetto – terapeuta somática y entrenadora cuerpo-mente
Meditar es una disciplina ancestral que ha acompañado a la humanidad en su búsqueda de conexión interior, salud emocional y claridad mental. En el contexto contemporáneo, la meditación ha sido ampliamente validada por la ciencia como una herramienta efectiva para la regulación del sistema nervioso, el tratamiento coadyuvante de diversas patologías, la mejora del foco atencional y el cultivo de la resiliencia emocional.
PRIMERA ETAPA: HABITAR EL CUERPO Y EL SILENCIO
QUÉ ES MEDITAR
Meditar es entrenar la mente para volver, una y otra vez, al momento presente. Se trata de una práctica consciente que permite observar sin reaccionar, notar sin juzgar, y permanecer sin huir. En términos clínicos, la meditación fortalece las redes neuronales asociadas a la autorregulación, la atención sostenida, la empatía y la compasión. Diversos estudios han demostrado que meditadores regulares presentan un aumento en el grosor cortical del lóbulo prefrontal dorsolateral, así como una reducción de la actividad de la amígdala, centro de procesamiento del miedo.
Desde la perspectiva práctica, meditar es un entrenamiento: como cualquier músculo, la mente necesita constancia, estructura y un entorno propicio para desarrollar una nueva forma de estar.
No se trata de dejar la mente en blanco, sino de cultivar un estado interno de presencia lúcida, donde los pensamientos, sensaciones y emociones pueden surgir sin que el yo se confunda con ellos. En este sentido, meditar es un acto de observación profunda y de reencuentro con uno mismo.
PREPARACIÓN DEL ESPACIO
El entorno influye directamente en el sistema nervioso. Un espacio limpio, ordenado y predecible facilita el acceso al estado meditativo. La mente, al asociar ciertos estímulos sensoriales con la práctica, genera una memoria corporal que reduce la resistencia y mejora la predisposición.
Recomendaciones esenciales para el espacio de meditación:
- Elige un lugar tranquilo, donde no haya interrupciones ni ruidos imprevistos.
- La iluminación debe ser suave: luz natural al amanecer o atardecer, o luz cálida si se realiza en espacios cerrados.
- Introduce elementos sensoriales que favorezcan la relajación:
- Una vela blanca o de cera natural puede simbolizar claridad y enfoque.
- Incienso suave (sándalo, mirra, copal) facilita la desconexión del entorno externo.
- Un difusor con aceites esenciales como lavanda (calmante), neroli (regulación emocional) o vetiver (anclaje) puede inducir una respuesta parasimpática.
- Siempre que sea posible, realiza la práctica en el mismo espacio físico. Esto crea una memoria neurosomática que predispone al cuerpo-mente a entrar más rápidamente en estado meditativo.
POSTURA CORPORAL ADECUADA
La postura meditativa no busca rigidez ni estética, sino estabilidad y dignidad corporal. El cuerpo debe sostenerse sin esfuerzo excesivo, permitiendo una respiración libre y una presencia sostenida.
Opciones posturales recomendadas:
- Sentada en un cojín firme con las piernas cruzadas (postura de medio loto o postura fácil).
- Sobre una banqueta de meditación o en una silla (ideal para personas con problemas de rodilla o columna).
- La columna debe mantenerse erguida, como si una cuerda tirara suavemente de la coronilla hacia el cielo.
- La barbilla ligeramente recogida, los hombros relajados, el pecho abierto pero sin tensión.
- Las manos pueden descansar sobre los muslos o unirse en un mudra (gesto energético), como Jnana Mudra (pulgar e índice unidos).
- Los ojos pueden estar cerrados suavemente o entreabiertos, con la mirada baja, sin enfocar.
- Si se elige la postura tumbada (Savasana), debe hacerse solo si no hay tendencia al sueño excesivo.
El cuerpo debe sentirse firme como una montaña y flexible como una caña de bambú.
MEDITACIÓN CON SEMILLA (BIJA MANTRA)
Una forma altamente efectiva de iniciar la práctica meditativa es a través del uso de mantras o “semillas sonoras”. Estas palabras o sílabas tienen un significado vibracional profundo, y su repetición mental o vocal ayuda a estabilizar la mente dispersa. Esta práctica proviene de la tradición del yoga y ha sido ampliamente utilizada tanto en contextos espirituales como terapéuticos.
Cómo practicarla:
- Selecciona un mantra que resuene contigo (ver ejemplos más abajo).
- Adopta tu postura meditativa y cierra los ojos.
- Conecta con la respiración durante unos segundos.
- Inhala y repite mentalmente la primera parte del mantra.
- Exhala y repite la segunda parte.
- Si te distraes, simplemente vuelve al mantra sin juzgarte.
Ejemplos comunes de Bija Mantras:
- SO-HAM: “Yo soy eso” – fomenta la conexión con el yo superior.
- OM: vibración primordial, silencio interior y totalidad.
- LAM: estimula el chakra raíz, promoviendo seguridad y enraizamiento.
- YAM: abre el chakra corazón, cultivando amor compasivo.
- RAM: trabaja el chakra del plexo solar, fortaleciendo la identidad.
- HAM: activa el chakra de la garganta, facilitando la expresión auténtica.
- AUM: conecta con el chakra corona, facilitando la intuición y claridad espiritual.
Sugerencia: sostener el mismo mantra durante 21 días permite una integración energética profunda y genera un anclaje estable en la práctica.
MEDITACIÓN CON FRECUENCIAS
La utilización de frecuencias específicas, conocidas como frecuencias Solfeggio, permite acceder a estados cerebrales propicios para la meditación profunda. Estas vibraciones estimulan ondas cerebrales alfa y theta, asociadas con relajación, sanación y estados ampliados de conciencia.
Frecuencias recomendadas y sus efectos:
- 396 Hz: liberación de miedo y culpa, estabilidad emocional.
- 417 Hz: limpieza de bloqueos emocionales y patrones repetitivos.
- 528 Hz: regeneración celular, apertura al amor y alineación energética.
- 639 Hz: mejora de relaciones y comunicación afectiva.
- 852 Hz: desarrollo de la intuición y conexión espiritual profunda.
Estas frecuencias están disponibles en Spotify, YouTube y aplicaciones especializadas. Se recomienda comenzar con sesiones de 10 a 15 minutos y utilizarlas como fondo sonoro o foco principal de atención.
MEDITACIONES GUIADAS CON SEMILLA
A. Meditación con SO-HAM: Ideal para regular el sistema nervioso y cultivar el estado de testigo interior.
- Sentarse con la espalda recta.
- Inhalar mentalmente “SO”.
- Exhalar mentalmente “HAM”.
- Visualizar la respiración como una ola que entra y sale.
- Duración sugerida: 5 a 15 minutos.
B. Meditación con YAM: Adecuada para procesos de sanación emocional y apertura del corazón.
- Colocar las manos sobre el centro del pecho.
- Visualizar una luz verde o rosada expandiéndose.
- Exhalar suavemente mientras se repite “YAM”.
- Duración sugerida: 11 minutos.
C. Meditación con OM y frecuencia 528 Hz: Perfecta para limpieza energética y enfoque al comenzar o cerrar el día.
- Reproducir música de 528 Hz.
- Respirar profundo y exhalar emitiendo el sonido “OM” entre 3 y 6 veces.
- Permanecer en silencio, escuchando la vibración.
- Si surgen pensamientos, volver al sonido o al mantra mentalmente.
CÓMO DESARROLLAR EL HÁBITO
Establecer la práctica como un hábito sostenible es clave para experimentar sus beneficios a largo plazo.
Estrategias recomendadas:
- Practicar todos los días a la misma hora (mañana o noche).
- Comenzar con 5 minutos y aumentar progresivamente hasta 20.
- Asociar la meditación a una rutina establecida (después de ducharse, antes de dormir).
- Llevar un diario de meditación donde se registre duración, sensaciones, pensamientos y emociones.
- No esperar resultados inmediatos; la transformación es gradual.
RECURSOS ADICIONALES
Lecturas sugeridas:
- “El poder del ahora” – Eckhart Tolle.
- “Autobiografía de un yogui” – Paramahansa Yogananda.
- “La práctica de la atención plena” – Thich Nhat Hanh.
- “La vía del mindfulness” – Ronald D. Siegel.
Aromaterapia y esencias:
- Lavanda: calmante y reguladora.
- Neroli: antidepresivo natural, favorece la autoaceptación.
- Incienso (Boswellia): apertura espiritual y claridad.
- Vetiver: enraizamiento, muy útil para ansiedad o estrés crónico.
RITUAL DIARIO DE 7 MINUTOS
Una estructura sencilla y efectiva para comenzar cada día con presencia:
- Encender una vela o incienso como señal de inicio.
- Adoptar una postura estable y digna.
- Poner música suave de fondo (ej. 528 Hz).
- Respirar profundamente durante 1 minuto.
- Repetir un mantra elegido o escuchar en atención plena durante 5 minutos.
- Finalizar con un minuto de gratitud consciente.
- Escribir una frase o palabra clave en el diario.
Este ritual puede convertirse en una práctica de anclaje emocional y claridad mental para comenzar o cerrar el día.
La meditación es mucho más que una técnica: es un camino de autoconocimiento, sanación y transformación. Integrarla como hábito no requiere perfección, sino presencia, paciencia y compasión con uno mismo. A través de la respiración, la observación y la repetición consciente, cualquier persona puede sentir beneficios físicos, mentales y espirituales. Recomiendo sostener la práctica durante al menos 21 días para permitir que el sistema nervioso integre los beneficios y la mente registre la meditación como herramienta automática.
Ejercicios y Meditaciones
para cultivar resiliencia y convertirte en la persona que deseas ser
Mejorar día a día no es una meta distante, sino un camino que recorres paso a paso. A continuación, encontrarás ejercicios y meditaciones diseñados para fortalecer tu resiliencia, abrazar los aprendizajes que trae el error, y enfocarte en convertirte en la persona que deseas ser, con amabilidad hacia ti.
1. Establece una Intención Diaria
Propósito: Crear una dirección clara para cada día y mantenerte enfocada en tu crecimiento.
- Al despertar, respira profundamente tres veces.
- Pregúntate: ¿Qué puedo hacer hoy para acercarme un paso más a la mujer que quiero ser?
- Anota una intención en un cuaderno o diario, por ejemplo: “Hoy practicaré la paciencia conmigo misma” o “Hoy priorizaré mi bienestar”.
- Revisa esta intención durante el día y antes de dormir.
Clave: Sé realista. Una pequeña acción es suficiente.
2. Práctica de Reflexión sin Juicio
Propósito: Aprender de tus errores y transformarlos en oportunidades de mejora.
- Al final del día, escribe tres cosas:
- Algo que hiciste bien.
- Algo que podrías mejorar.
- Un pequeño plan para hacerlo mejor la próxima vez.
- Por ejemplo: “Hoy perdí la paciencia, pero puedo practicar respiraciones profundas la próxima vez que me sienta frustrada”.
Clave: Enfócate en el aprendizaje, no en la perfección.
3. Meditación Guiada para la Resiliencia
Duración: 10 minutos.
Objetivo: Reconocer tus desafíos y fortalecer tu capacidad de superarlos.
- Encuentra un lugar tranquilo. Siéntate cómodamente y cierra los ojos.
- Respira profundamente varias veces, sintiendo cómo el aire entra y sale de tu cuerpo.
- Visualiza un momento reciente donde enfrentaste un desafío.
- Pregúntate:
- ¿Qué aprendí de esta experiencia?
- ¿Cómo puedo usar este aprendizaje para seguir adelante?
- Repite mentalmente: Soy fuerte, resiliente y capaz de superar cualquier obstáculo.
Consejo: Practica esta meditación después de un día difícil o como parte de tu rutina matutina.
4. La Regla del 1%
Propósito: Mejorar de manera constante y sostenible sin caer en la frustración.
- Cada día, elige un área en la que quieras crecer (ejemplo: salud, relaciones, carrera).
- Realiza una acción que te acerque un 1% a tu objetivo: caminar 10 minutos, escribir una lista de pendientes o leer un artículo sobre un tema que te interese.
Recuerda: Lo importante no es hacer grandes avances, sino mantenerte en movimiento constante.
5. Visualización: Tu Mejor Versión
Propósito: Reforzar la conexión con la mujer que deseas ser.
- Siéntate en un lugar cómodo y respira profundamente.
- Cierra los ojos e imagina cómo sería tu vida si ya fueras esa mujer.
- ¿Cómo te ves?
- ¿Qué emociones sientes?
- ¿Qué haces en tu día a día?
- Visualízate actuando como esa persona durante el día de hoy.
Clave: No busques perfección, sino autenticidad.
6. Crea una Lista de “Pequeñas Victorias”
Propósito: Reconocer tus logros y motivarte.
- Cada noche, escribe tres cosas que hiciste bien, sin importar cuán pequeñas parezcan.
- Ejemplo: “Hoy le sonreí a un desconocido”, “Hice una comida saludable”, “Tomé 5 minutos para respirar profundamente”.
Beneficio: Esto refuerza tu confianza y gratitud por los pequeños pasos que tomas.
Recuerda: El Error No es el Final, Sino el Inicio de un Nuevo Aprendizaje
Cuando algo no salga como esperabas, usa el error como un maestro, no como un juez. Pregúntate:
- ¿Qué puedo aprender de esto?
- ¿Cómo puedo intentarlo de nuevo con una nueva estrategia?
La resiliencia no es evitar las caídas, sino levantarte cada vez que ocurra.
La meditación, cuando se convierte en hábito, transforma la forma en que habitamos el cuerpo, la mente y nuestras relaciones. Es un camino de regreso al presente, de regulación emocional profunda y de resiliencia cotidiana. No requiere perfección, solo constancia y presencia.
Se recomienda practicar al menos 21 días consecutivos para consolidar el hábito e integrar sus beneficios a nivel cognitivo, fisiológico y emocional.
