Ser padres no es fácil y mucho menos lo es aceptar que nuestro hijo tiene sobrepeso. Los niños crecen a diferentes ritmos y en diferentes momentos. Además, la cantidad de grasa corporal de un niño cambia con la edad y es diferente entre niñas y niños.
Calcular el IMC o BMI es ideal, aunque pienso que hay factores determinantes para ver que algo no va bien. Cuando nuestro pequeño se ahoga, le cuesta correr, tiene problemas con la glucosa…
Es importante guiarnos por los percentiles (IMC por edad). Se usan estas tablas para seguir el crecimiento de un niño. Pero sin obsesionarnos. En mi opinión los pediatras se vuelven locos con estos números sin tener en cuenta la genética del niño y sus progenitores. Además, el IMC no mide la cantidad de enfermedades y problemas que puede tener tu hijo.
Las categorías principales de IMC para niños y adolescentes son:
- Peso saludable: percentil 5 a 84
- Sobrepeso: percentil 85 a 94
- Obesidad: percentil 95 o mayor
El exceso de peso en un niño puede aumentar los problemas de salud ahora o a largo plazo: hipertensión, colesterol, problemas respiratorios o dolor en las articulaciones, diabetes tipo 2…por no hablar de la depresión y falta de autoestima. Son niños condenados a tener muchos problemas en la edad adulta
El ejemplo eres tú
De tus hábitos saludables en alimentación, actividad física y sueño nacerán los futuros hábitos de tus hijos. El colegio es un complemento. Su felicidad depende de ti y de los valores que les forjes. La cantidad de comida, el valor de los alimentos reales, el ejercicio físico, enseñarle a cocinar y a escoger los alimentos en el mercado… Los niños son grandes imitadores, tienen una capacidad de aprendizaje mucho mayor que la de un adulto.
Un niño necesita moverse. Evita desde ya castigarle en su cuarto. “Castígalo” saliendo a correr, jugando contigo o haciendo cualquier actividad en familia, es decir, con refuerzos positivos. Aumenta su autoestima, seguridad y amor propio. Cosas que solo el deporte le va a enseñar, disciplina y resiliencia. En la TV o internet no encontrarán esos valores, sino todo lo contrario.
Igual que necesita quemar energía, también necesita recuperarla. Por ello es importante marcar unos buenos horarios de descanso. Los premios frente a estos retos son ideales para motivarles.
Estimúlale el paladar con sabores nuevos, le ayudará muchísimo a aprender a disfrutar de la comida en un futuro, a ser un adulto saludable y con cultura culinaria.
Elimina de su alimentación todo lo procesado, aumenta frutas, verduras crudas y cocinadas y experimenta con las especias, carnes y pescados magros. No le des leche y no te excedas con los lácteos. Los zumos son la principal causa de obesidad y caries, así que ojo piojo, mejor smoothies triturados con la pulpa de la fruta.
Controla el tamaño de los platos y también los vasos de zumo o bebidas azucaradas, que tienen miles de calorías escondidas. Es preferible poner platos pequeños y que pida si tiene hambre, en lugar de poner raciones enormes que les acostumbren a atiborrarse.
En lugar de ir a los típicos fastfood, enséñale a disfrutar de una hamburguesa de calidad o una pizza en un sitio saludable. Sentaros todos a la mesa juntos. Haz del momento de comer y cenar un ritual. Genera el respeto por la comida, evitando la TV durante las comidas; ni móviles ni distracciones.
Ofrecer y no obligar
Graba esto en tu mente, los niños no necesitan comer como los adultos, su estomago es del tamaño de un melocotón y pretendes darle un melón… NO CABE! Además ningún niño muere de desnutrición en Europa o EEUU. Por desgracia el sobrepeso infantil va en aumento día a día. Si ha comido una pequeña ración de alimentos reales será suficiente, por favor, no lo obligues. Ayudarás a tu hijo a tener una actitud saludable hacia la comida. Por otra parte, prometerle un postre rico si come verduras, le envía un mensaje de que las verduras son menos valiosas que el postre.
Premia con deporte. Una de las mejores cosas que me han regalado mis padres ha sido una retahíla de actividades deportivas extraescolares. Busca lo que le motiva, escúchale y no le obligues a hacer lo que a ti te gusta, es él quien debe desarrollar sus aptitudes.
Debe divertirse con un punto de esfuerzo y sacrificio. Eso le dará disciplina y herramientas frente a futuros problemas. Planead actividades y aventuras en familia, premiarlo con acampadas, excursiones, actividades divertidas… esa es la clave. Siempre refuerzo positivo.
Por último, sé positivo y dale apoyo, dile que le quieres, paractica más el SI que el NO. Ayúdale con sus retos, no le prohíbas por miedo. Motívale a mejorar, crecer, encontrar sus aptitudes. Refuerza su confianza, dile que le quieres, escúchale, celebra sus triunfos y evita decirle que no puede, que es tonto, o cualquier otro mensaje limitante. Atiende a sus preocupaciones. Es un niño pero no quiere decir que no sepa sentir. La comprensión y el cariño son fundamentales.
Si necesitas ayuda con la alimentación de tu hijo, ponte en contacto conmigo y haremos un plan conjunto.