Feliz 33 cumpleaños, hace exactamente un año vivía en la incertidumbre del tiempo que va en descuento, sin saber si me quedaban 24h o 24 días, pero tenía claro que de esa no iba a salir.
Y es que han sido 3 años durísimos. A los 30 años la vida cambia, tu cerebro se mieliniza, maduras… La mía más que cambiar se pegó un tiro y volvió a nacer, se desmoronó y recompuso recogiendo los trocitos a galope.
Y aquí estoy, el resultado de lo aprendido, más que de lo vivido.
Cartas entre las sábanas de un hospital un 13/12/21:
“Hola Christy, no sé si llegarás a leer esta carta. Esta vez me he pasado de frenada y no sé si tu magia será suficiente para reparar este estropicio. Es la primera vez que tengo miedo, no al dolor, tengo miedo a no verte nunca más. Te abrazo fuerte, me enrosco en la cama como si esa maniobra introdujera mi alma en mí de nuevo.
Han sido años muy duros en procesión de una vida de medias verdades, abandonos y frustraciones, toda ella me la he pasado huyendo de ti. Las pocas veces que hemos coincidido me he dedicado a maltratarte y a recordarte lo que no eres. Hasta tal punto ha sido el desprecio y la desatención que he permitido que otros te insultaran, te empequeñecieran, te cortaran las alas y borraran tu eterna sonrisa.
Me he creído la mentira de que todo lo hacía por amor a los demás, cuando lo único que quería era sentirme querida. Qué triste darme cuenta de que era tu amor el que necesitaba. Solo he tenido ojos para el mundo y perdí de vista lo importante. A mí, a ti.
Sé que a veces te sientes perdida, créeme, aunque no te mire a la cara. Conozco cada centímetro de ti, sé lo que te duele y lo que te hace reír, sé lo que nadie sabe, de tu baja autoestima, de tus inseguridades, sé de esos vacíos que llenas con experiencias, sé de las angustias que te asfixian, de tus arrebatos de locura, de tu creatividad, de tu espontaneidad, de tu insensatez. De tus infinitas ganas de vivir que yo me encargué de apagar.
Yo, que tengo palabras bonitas para todo el mundo excepto para ti.
La vida ha pasado demasiado rápido para nosotras y yo he invertido mis fuerzas y energías en suplicar amor, buscar aprobación y seguridad externa, llenando mi corazón de parches que te hicieran desaparecer.
Pero hoy, a punto de perderte, quiero hablarte a ti, quiero que sepas que admiro tu alma libre y el talento que tienes para pintar bonitos los peores momentos, tu capacidad de amar incondicionalmente y perdonar sin albergar rencor.
Alucino con tu método inexacto para salir/resurgir de todo sin dejar de iluminar mi oscuridad y la de otros. Me fascina tu voluntad para luchar sin rendirte, incluso tus cabreos y tus impulsos ahora me gustan. Ojalá hubiera escuchado más esa intuición tuya de brujita, pero no supe entenderte o no quise escucharte.
Ahora los recuerdos flotan en el aire, los sentimientos me aprietan el corazón a punto de romperse. No te encuentro. Aún hay tanto que decirnos, tanto por aprender, un largo camino por recorrer. No te rindas Christy, te necesito y te extraño. Prometo cuidar de ti y serás mi prioridad ante todo. Bríndame otro ratito. Te quiero Christy, quédate a vivir conmigo una aventura más”