EL LADO MOTIVACIONAL
A nivel mundial, hay más de mil millones de personas mayores de 60 años, y se espera que esto alcance los 2.000 millones para 2050. Cada día más desatendidas y por desgracia más cargadas de pastillas, cuando lo que en realidad necesitan son buenos fisioterapeutas y entrenadores personales cubiertos por la seguridad social y menos fármacos, que más allá de mejorar su salud los inactivan en un sofá. Esto no solo afecta físicamente, sino también cognitiva y emocionalmente. Por ello, es esencial promover la actividad física para un envejecimiento saludable. Esta etapa de la vida no debe ser ignorada, y se necesita un conocimiento adecuado de la salud para que puedan tomar decisiones conscientes sobre su bienestar.
En busca de un envejecimiento saludable
Envejecer sigue siendo la única forma de vivir más tiempo. El envejecimiento es un proceso que se manifiesta a lo largo de la vida y puede ser difícil de aceptar debido a los cambios en las condiciones fisiológicas, psicológicas y patológicas. Sin embargo, este proceso puede ser redefinido a través de un envejecimiento activo. Este enfoque ve la tercera edad como una etapa activa, desarrollando su potencial y ejerciendo sus derechos. Es esencial reinterpretar esta etapa para concebir un envejecimiento saludable que potencie la capacidad funcional de esta población. Cada adulto mayor tiene necesidades e intereses individuales que deben ser considerados en programas específicos para crear intervenciones personalizadas.
Enfermedades Crónicas relacionadas con el Envejecimiento
A pesar del aumento de la esperanza de vida, las personas mayores son más frágiles ante las enfermedades. Las enfermedades más comunes entre los ancianos incluyen artritis, artrosis, enfermedades mentales como Alzheimer y Parkinson, osteoporosis y diabetes.
Comprender las barreras comunes al ejercicio es esencial para desarrollar recomendaciones de tratamiento personalizadas. Estas barreras pueden ser sociales, psicológicas o ambientales. La mala salud, el temor a caídas o lesiones, la depresión y la falta de tiempo son algunas de las barreras mencionadas por los adultos mayores.
Se ha demostrado, que el ejercicio físico en los adultos es eficaz para prevenir ciertos tipos de cáncer, incrementar la densidad mineral ósea, reducir el riesgo de caídas, mejorar la función cognitiva y combatir el aislamiento social y la depresión. La calidad de vida de las personas mayores que hacen ejercicio es mucho mayor, con lo que se reduce la necesidad de tomar medicamentos y el riesgo de dependencia, fomentando un envejecimiento saludable.
El envejecimiento produce una serie de cambios en todo el organismo. Los huesos, principalmente las articulaciones, y los músculos se ven debilitados con la edad.
Los principales cambios causados por la edad en el sistema musculoesquelético son los siguientes:
- Huesos: disminuye la densidad ósea de la zona interna del hueso, lo que se conoce como hueso esponjoso.
- La pérdida puede llegar a un 30% o más por cada década a partir de los 80 años.
- Articulaciones: en ellas se reduce notablemente la capacidad de generación y síntesis de los fibroblastos, que son las células encargadas de producir el tejido de las articulaciones. Esta disminución contribuye a producir rigidez y reducción de la resistencia.
- Músculos: en los músculos se produce sarcopenia, que es la pérdida degenerativa de masa muscular, disminuyendo la capacidad de los músculos para contraerse, por lo que van perdiendo fuerza, potencia y resistencia.
Como consecuencia, la calidad de vida de las personas mayores se ve afectada por la dificultad para realizar actividades cotidianas, por un mayor riesgo de caídas y por un mayor cansancio. Todo ello conduce a una disminución paulatina de la movilidad que puede desembocar en dependencia.
El ejercicio físico en los adultos mayores es la mejor forma de combatir los cambios en músculos y huesos a causa de la edad.
La actividad física: Un impulsor en la vida de los adultos mayores.
Los adultos mayores participan en actividad física para mantenerse en forma, mejorar la salud, divertirse y ralentizar enfermedades. La inactividad puede llevar a diversas enfermedades físicas y problemas de salud mental. La movilidad es fundamental para un envejecimiento saludable y el ejercicio a largo plazo puede contrarrestar el daño causado por los radicales libres.
La motivación es crucial para la participación en actividad física, ya que está relacionada con resultados positivos para la salud y el bienestar. El entorno, el vecindario y las interacciones sociales son factores efectivos que aumentan la motivación de los adultos mayores para hacer ejercicio.
Tres razones para practicar actividad física
- A nivel físico: Mejora la flexibilidad, fuerza, coordinación y equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas o fracturas.
- A nivel psicológico: Eleva la autoestima, retarda el deterioro cognitivo y disminuye la intensidad de los síntomas de depresión.
- A nivel emocional: Reduce el estrés y la ansiedad, generando un estilo de vida más saludable con impactos positivos en el estado de ánimo.
¿Cómo deben realizar ejercicio?
El ejercicio físico debe adaptarse a las condiciones y estado de salud de cada adulto mayor, centrándose en entrenar aspectos como la fuerza, la resistencia, la flexibilidad y el equilibrio, circunstancias que le ayudarán a tener una buena calidad de vida, evitar accidentes y consecuencias mayores relacionadas con enfermedades, tener interacción social y mantener las funciones mentales.
Por lo anterior, los programas de ejercicio deben ser progresivos, de bajo impacto y a intensidades entre bajas a moderadas, pero sobre todo, respetando la individualidad como principio fundamental del ejercicio físico.
Desarrollar ejercicios de coordinación, lateralidad, equilibrio, con desplazamiento, permiten no sólo mejorar la parte física, sino también mantener la función mental activa.
Ventajas del ejercicio físico en los adultos mayores
Las personas mayores que realizan un programa de entrenamiento verán mejorar su calidad de vida en numerosos sentidos. Estos son los más importantes:
- Reducción de la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
- Equilibrio metabólico. Menor incidencia de obesidad, sobrepeso y diabetes tipo II.
- Reducción de pérdida mineral ósea menor riesgo de fracturas y osteoartritis.
- Mayor funcionalidad física de la persona.
- Menor riesgo de caídas, por aumento de masa magra y mejora de la agilidad y el equilibrio.
- Refuerzo del sistema inmune.
- Menor incidencia de algunos tipos de cáncer, como el de mama, colon o páncreas.
- Reducción de los dolores musculoesqueléticos propios del envejecimiento.
- Mejora de la función cognitiva.
- Protección frente al riesgo de demencia o alzhéimer.
- Mayor autonomía, lo que mejora la autoestima y por supuesto integración social.
- Menor incidencia de depresión y ansiedad.
Si mantener una vida activa es ventajoso a cualquier edad, el ejercicio físico en los adultos mayores es más que recomendable para mejorar su calidad de vida y llevar un envejecimiento saludable.
Obviamente como profesional de la salud mi recomendación siempre será procurar tener una revisión médica previa al inicio del programa de ejercicio físico.Si se tiene alguna patología o se ha sufrido algún accidente cardiovascular se debe individualizar y tener supervisión médica y de un entrenador cualificado. Siempre se debe seguir una alimentación balanceada y acorde con las necesidades energéticas de la persona. No basta con ir al gimnasio, se deben cubrir las necesidades nutritivas del cuerpo con alimentos con densidad nutricional y no con kcal vacías. Siempre hidratarse antes, durante y después de la práctica del ejercicio físico. En la medida de lo posible, contar con algún acompañante cerca mientras se realiza ejercicio físico.
Cambiar el estilo de vida, incluso en edades avanzadas, puede tener beneficios significativos para la salud. Pequeños pasos hacia una vida más activa y saludable pueden marcar la diferencia.
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