Este plato ofrece nutrientes esenciales para apoyar al sistema digestivo en su proceso de desintoxicación y limpieza, lo que nos ayudará a sentirnos más ligeros, conocido por su capacidad para desintoxicar el organismo, purificar la digestión, disminuir el envejecimiento de las células y equilibrar los tres doshas (o constituciones): vata, pitta y kapha.
Es una comida ideal para aquellas personas que tienen poca capacidad digestiva y mucha acumulación de Ama (toxinas). Es caliente y energizante, nos ayuda a recuperar el fuego digestivo (Agni), a equilibrar los 3 Doshas y a mejorar la práctica de Yoga.
Es una receta muy conocida y utilizada en procesos de depuración durante los cambios de estaciones. También puede ser consumida como monodieta.
Es una comida sátvica, recomendada dentro de un estilo de vida ayurvédico. También es ideal para niños y ancianos, o aquellas personas que se encuentren en períodos de convalecencia (etapa intermedia entre la enfermedad y la salud, durante el cual el organismo recupera gradualmente la vitalidad y la salud), ya que es de fácil digestión si la comparamos con otras legumbres.
El kitchari ofrece abundantes nutrientes y, a la vez, ayuda a la eliminación de toxinas de una forma respetuosa. La base de este guiso milenario es proteína en forma de leguminosa, más un cereal, verduras de temporada, ghee y especias. Es una receta que calienta, es energizante y recomendada muy especialmente para ayudar a recuperar el equilibrio mental y físico.
Todas las especias que lleva este maravilloso plato nos aportan innumerables beneficios además preparan el fuego digestivo y facilitan, así, el proceso de asimilación de nutrientes y la posterior eliminación de residuos. Además de otras con propiedades antiinflamatorias, como la cúrcuma y el jengibre.
Mi consejo es que experimentes con diferentes mezclas según vuestros gustos o, mejor aún, que averigüéis cual es vuestro dosha y busquéis una mezcla que os equilibre.
A los inquietos vata, el kitchari caliente les conecta a la tierra; para los fogosos pitta, sus especias son calmantes, y para el frío kapha, proporciona un calor sanador. La composición y la estructura del kitchari es tan flexible como la gran variedad de ingredientes que tenemos al alcance; se puede adaptar a todas las necesidades y gustos.
Yo he elegido el mijo y la lenteja roja y verduras de temporada como la judía verde, champiñones portobello, col, calabaza… Se trata de utilizar lo que está disponible localmente, ya que el ayurveda está vinculado a la transición natural de las estaciones, pero podéis incorporar las que tengáis a mano.
Lo ideal es hacer ayuno y después empezar a tomar kitchari con caldos de verduras y zumos de frutas, no obstante también se puede consumir como plato único o combinado con otros.
Peros si lo que deseamos es hacer un ayuno ayurvédico entonces debemos ceñirnos a comer únicamente kitchari, en la mañana nos levantaremos tomaremos nuestra infusión de jengibre, nasya, oleacion con sésamo, práctica de yoga y pranayamas con meditación, después tomaremos kitchari durante todo el dia y nunca comeremos sin sensación de hambre.
De esta manera el cuerpo recibe una limitada variedad de alimentos, por lo que solo necesita producir un número limitado de enzimas digestivas. Así, el trabajo del sistema digestivo se reduce, lo que permite una mayor curación y limpieza del organismo.
De todos los cereales, el mijo y el arroz rojo es el más alcalinizante; muy rico en proteínas, minerales (especialmente magnesio y hierro) y lecitina.
Es muy digestivo y beneficia al estómago-páncreas. Contiene ácido silícico, necesario para mantener la piel, las uñas y el pelo en buenas condiciones. Como legumbre recomiendo frijol mung o lenteja roja o soja verde por su digestibilidad y su gran aporte de proteínas.
El ghee o también llamado “oro líquido”, tan famoso en la India por sus cualidades terapéuticas, forma parte de la alimentación del pueblo hindú desde tiempos inmemoriales. Facilita las digestiones y tiene un efecto de lubricación sobre las articulaciones y sobre el sistema nervioso.
El ghee o mantequilla clarificada es una grasa perfecta para las personas que no quieran o que no puedan consumir lactosa o caseína. Otra ventaja del ghee es que se puede usar para cocinar a temperaturas más altas, ya que se mantiene estable hasta los 250 ºC.
Ingredientes (3-4 raciones)
1 vaso de mijo o quinoa o arroz rojo, 1 vaso de frijol mung o soja verde o lentejas rojas (yo he utilizado las legumbres que venían en las últimas cajas de @DIETBOX)
6 vasos de agua mineral, variedad de verduras al gusto. Ghee o aceite de coco.
Especias (1 c.p. de cada) Comino en grano, Semillas de cilantro, Anís verde en grano, Semillas de hinojo, Granos de mostaza, Jengibre en polvo, Cúrcuma en polvo, Pimienta en polvo, Ajo en polvo, Sal rosa o de roca o celta.
Preparación
Poner una cucharada de ghee o aceite de coco en una cazuela grande y profunda, añadir las especias y saltear hasta que desprendan aroma. Añadir la sal y mezclar.
Añadir a las especias el cereal y la legumbre y tostar hasta que se doren. Añadir el agua mineral para llevar a ebullición.
Dejar hirviendo a fuego suave durante unos 20 minutos (corregir de agua si es necesario).
Añadir las verduras cortadas a cubitos y dejar cocer otros 10 minutos. Si se desea más caldoso, añadir más agua.
Apagar el fuego cuando estén cocidos. Opcional servir decorado con aguacate o cilantro.