IRSE A DORMIR FELIZ

El poder de los pensamientos antes de dormir: cómo las afirmaciones positivas mejoran tu descanso y bienestar emocional

Dormir bien no es solo una necesidad fisiológica: es una de las bases más importantes para mantener un buen estado de salud física y mental. A lo largo de las últimas décadas, múltiples investigaciones han demostrado que la calidad del sueño impacta directamente en nuestro sistema inmunológico, nuestro estado emocional y nuestra capacidad cognitiva (Walker, 2017). Sin embargo, hay un aspecto menos conocido pero profundamente transformador del sueño: la influencia que tienen los pensamientos previos al descanso sobre nuestra mente subconsciente.

¿Qué sucede con los pensamientos justo antes de dormir?

Nuestra mente no se desconecta completamente cuando dormimos. Estudios en neurociencia han confirmado que el cerebro continúa procesando información durante las fases del sueño, especialmente durante la fase REM, relacionada con el procesamiento emocional y la consolidación de la memoria (Diekelmann & Born, 2010). En otras palabras, aquello en lo que enfocamos nuestra atención antes de dormir permanece activo a nivel neuronal durante varias horas.

Esto significa que los contenidos mentales que reproducimos antes de dormir —como preocupaciones, imágenes mentales, películas, noticias o incluso frases que nos decimos a nosotros mismos— tienen un impacto prolongado en nuestra actividad cerebral nocturna. Por eso, se recomienda evitar consumir contenidos violentos, tensos o generadores de miedo antes de acostarse. En su lugar, cultivar pensamientos amables, afirmaciones constructivas o imágenes agradables puede ayudarnos no solo a conciliar el sueño con mayor facilidad, sino a despertar con mejor estado de ánimo y mayor claridad mental.

El papel de las afirmaciones positivas

Las afirmaciones positivas son frases breves y potentes que nos ayudan a dirigir la atención de la mente hacia una percepción más saludable de nosotros mismos y del mundo. Su valor terapéutico radica en que, al repetirlas con constancia, podemos cambiar patrones mentales profundamente arraigados.

Desde la psicología cognitivo-conductual se ha demostrado que lo que pensamos afecta directamente nuestras emociones y, por ende, nuestras conductas (Beck, 1976; Burns, 1999). A través de este vínculo, las afirmaciones tienen la capacidad de modificar la forma en que interpretamos la realidad, llevándonos a estados de ánimo más estables, mayor autoconfianza y un mayor bienestar emocional.

¿Cómo actúan las afirmaciones en el cerebro?

Desde la neurociencia, sabemos que el cerebro no distingue fácilmente entre una experiencia real y una vivencia imaginada intensamente. Cuando repetimos una afirmación en presente y en primera persona —por ejemplo: “Estoy en calma”, “Merezco descanso”, “Hoy será un buen día”— activamos las mismas redes neuronales que si esa experiencia fuera real (Creswell et al., 2013). Esta capacidad del cerebro para responder a la imaginación se conoce como neuroplasticidad, y es una de las bases de la transformación personal.

Las afirmaciones positivas también estimulan el sistema límbico (el centro emocional del cerebro), provocando una respuesta fisiológica: liberación de neurotransmisores como serotonina y dopamina, asociados al placer, la tranquilidad y la motivación (Dispenza, 2014).

¿Qué hace que una afirmación sea efectiva?

Para que una afirmación positiva sea realmente útil debe cumplir con ciertas características:

  1. Redactarse en presente. Ejemplo: “Estoy en paz”, en lugar de “Estaré en paz”.
  2. Usar un lenguaje positivo. Evita palabras como “no”, “dejar de”, “evitar”.
  3. Ser personal. En primera persona: “yo soy”, “yo tengo”, “yo merezco”.
  4. Ser creíble o emocionalmente significativa. Acompañar la afirmación con imágenes, sensaciones o recuerdos agradables refuerza su impacto.

Además, se ha observado que cuando una afirmación se vincula a experiencias reales —como un lugar donde te sentiste seguro, el rostro de alguien que te ama, o una melodía que te relaja—, el cerebro la acepta con más facilidad (Sherman et al., 2009).

¿Cuándo y cómo usar afirmaciones?

Los dos momentos más eficaces del día para practicar afirmaciones son:

  • Por la mañana: justo al despertar, cuando la mente aún está en un estado receptivo, podemos orientar el enfoque del día con claridad y energía.
  • Antes de dormir: cuando la actividad cerebral comienza a disminuir, y el subconsciente está más permeable, las afirmaciones actúan como una especie de “siembra emocional” para el sueño.

Recomendación: repítelas en voz baja, en silencio mental o por escrito. Puedes combinarlas con respiraciones profundas o música suave.

Ejemplos de afirmaciones para comenzar el día

  • “Hoy tengo un día armonioso, saludable y creativo.”
  • “Estoy abierta a nuevas oportunidades y aprendizajes.”
  • “Merezco amor, respeto y bienestar.”
  • “Soy capaz de resolver cualquier reto que se me presente.”
  • “Confío en mi intuición y en la vida.”

Ejemplos de afirmaciones para dormir mejor

  • “Suelto y libero el día con gratitud.”
  • “Todo está bien, estoy a salvo.”
  • “Merezco descansar profundamente esta noche.”
  • “Me doy permiso para soltar lo que no puedo controlar.”
  • “Mi cuerpo y mi mente se preparan para una noche reparadora.”

¿Qué beneficios tienen las afirmaciones positivas?

Numerosos estudios han confirmado los beneficios de las afirmaciones en la salud mental y emocional:

  • Reducción del estrés y la ansiedad (Critcher & Dunning, 2015)
  • Mejora de la autoestima y la autopercepción (Sherman et al., 2009)
  • Aumento de la resiliencia ante experiencias negativas (Creswell et al., 2005)
  • Regulación de la respuesta al cortisol, la hormona del estrés (Creswell et al., 2013)
  • Estímulo del pensamiento positivo y de la motivación personal

También pueden favorecer una mejor calidad de sueño, al disminuir la activación del sistema nervioso simpático (relacionado con el estado de alerta) y facilitar el acceso a un estado de relajación profunda (Morin et al., 2009).

Conclusión: educar tu mente para descansar mejor

Dormir bien no depende únicamente de lo que comemos o del ambiente en el que dormimos. Lo que sucede en nuestra mente en los minutos previos al sueño tiene un impacto profundo y duradero. Practicar afirmaciones positivas no es una fórmula mágica, pero sí una herramienta poderosa para entrenar nuestra mente hacia el bienestar.

Repetir frases amorosas, llenas de aceptación y enfoque, nos permite reconectar con nuestra paz interior. Si quieres dormir mejor, rendir más, sentirte más confiada y vivir con más calma, empieza por prestar atención a lo que piensas cada noche antes de cerrar los ojos.

EN MI ZONA PRIME CADA SEMANA TENDRAS UNA NUEVA GUIA DE RESPIRACIONES, MICRO MEDITACIONES, MANTRAS Y MUCHA OTRA INFORMACIÓN


Bibliografía científica:

  • Beck, A. T. (1976). Cognitive Therapy and the Emotional Disorders. International Universities Press.
  • Burns, D. D. (1999). The Feeling Good Handbook. Plume.
  • Creswell, J. D., Welch, W. T., Taylor, S. E., Sherman, D. K., Gruenewald, T. L., & Mann, T. (2005). Affirmation of personal values buffers neuroendocrine and psychological stress responses. Psychological Science, 16(11), 846-851.
  • Creswell, J. D., et al. (2013). Neural responses to self-affirmation and the prediction of behavior change. Psychological Science, 24(4), 395–402.
  • Diekelmann, S., & Born, J. (2010). The memory function of sleep. Nature Reviews Neuroscience, 11(2), 114–126.
  • Dispenza, J. (2014). You Are the Placebo: Making Your Mind Matter. Hay House.
  • Morin, C. M., et al. (2009). Psychological and behavioral treatment of insomnia: update of the recent evidence (1998–2004). Sleep, 32(11), 1511-1516.
  • Sherman, D. K., & Cohen, G. L. (2006). The psychology of self-defense: Self-affirmation theory. Advances in Experimental Social Psychology, 38, 183–242.
  • Walker, M. (2017). Why We Sleep: Unlocking the Power of Sleep and Dreams. Scribner.