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El ritmo de tu corazón marca el ritmo de tu vida

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La frecuencia cardíaca (FC) es la medida del número de latidos por minuto que genera el corazón, permitiendo que la sangre llegue a cada rincón de tu cuerpo.

Es determinante en la fisiología deportiva, y un claro indicador del grado de adaptación y condición física de un individuo. Es evidente que el ejercicio reduce la frecuencia cardíaca en reposo y a diferentes intensidades de ejercicio, de ahí el famoso corazón de atleta, solemos ser hipotensos y algo parecido a la bradicardia.

A través de la frecuencia cardíaca se monitoriza la intensidad de cada deporte o actividad, aumentando la frecuencia cardíaca y volumen de oxígeno cuanto mayor sea la intensidad del ejercicio

¿Qué factores influyen en la frecuencia cardíaca?

Variaciones diarias y a lo largo del día

La frecuencia cardíaca experimenta pequeñas variaciones día a día, en torno a dos o cuatro latidos/minuto, durante sucesivos días, siendo la esta variación menor por la mañana y mayor por la tarde.

Hidratación

El incremento de la frecuencia cardíaca está relacionado positivamente con el nivel de deshidratación. Cuando una persona está deshidratada muestra valores más altos de frecuencia cardíaca ejercitándose a la misma intensidad, por ello es un dato de vital importancia en atletas.

Tabaquismo y estimulantes

Las personas fumadoras muestran valores más altos de frecuencia cardíaca en reposo y también puede darse esta elevación durante el ejercicio. La cafeína y otras sustancias pueden elevar la frecuencia cardíaca dependiendo del consumo de la misma. Hay que ser prudente con estas sustancias, especialmente atletas de resistencia. De la misma forma que afectan las situaciones de estrés y ansiedad, disminuyendo nuestro rendimiento deportivo, también lo hacen determinados fármacos.

Temperaturas ambientales extremas y altitud

En ambientes calurosos aumenta la frecuencia cardíaca de reposo y esfuerzo, mientras que en ambientes fríos esta variable no suele cambiar, aunque sí que se incrementa el consumo de oxígeno.

Estos factores se deben tener en cuenta para no cometer errores a la hora de organizar nuestros entrenamientos, ya que a elevadas temperaturas podríamos sobreestimar la intensidad mientras que a bajas temperaturas podríamos subestimarla. Recuerda este dato cuando salgas a correr.

La frecuencia cardíaca incrementa cuando se realiza ejercicio en altura, pero mejora increíblemente nuestro rendimiento, sobre todo a intensidades submáximas.

Digestión de alimentos

La frecuencia cardíaca durante la digestión de los alimentos se incrementa debido a que se aumenta el riego sanguíneo al estómago para facilitar la digestión.

Medir la frecuencia cardiaca, tanto en estado de reposo como durante la práctica de ejercicio físico, aporta al deportista un sin fin de datos relevantes para conocer el estado del cuerpo y el estado de nuestra salud, y de este modo lograr un entrenamiento mucho más eficiente. Yo recomiendo tener un buen reloj deportivo a cualquier tipo de atleta más o menos experimentado. Pero si vas a correr una maratón, será indispensable contar con un pulsómetro

Se hace incluso más necesario en aquellos corredores amateurs, que se inician realizando ejercicios demasiado intensos durante las primeras sesiones de entrenamiento, poniendo en ocasiones su salud en riesgo.

Con este dato será mucho más sencillo preescribir tu entrenamiento de forma personalizada.

Concepto y bases fisiológicas

Las herramientas deportivas que cuantifican nuestra actividad son un gran ejemplo de evolución tecnológica en el ejercicio físico convencional, siendo muy habitual el seguimiento con pulsómetros, aplicaciones móviles, etc. El parámetro que normalmente se suele medir, a niveles amateur, son las pulsaciones por minuto.

En función de ellas se puede obtener el ritmo de recuperación del deportista, la zona de entrenamiento según el objetivo, el ritmo de entrenamiento y un largo etcétera que, sin duda, mejora la calidad del entrenamiento.

Un paso más allá de esta FC (frecuencia cardíaca) es la variabilidad de la misma, definida con las siglas VFC  o HRV en inglés (Hearth Rate Variability).

Se describe como la variación, expresada en milisegundos, de tiempo entre latido y latido. Este parámetro puede verse claramente en un electrocardiograma, el cuál está formado por el complejo QRS, o lo que es lo mismo, el clásico dibujo de un electro donde destaca un pico que se eleva sobre el gráfico (onda R).

El tiempo entre esos picos, R-R, es exactamente la VFC. Pero realmente, ¿qué indican esos milisegundos? Básicamente la relación del corazón con el sistema nervioso autónomo, encargado de hacer latir al corazón.

El entrenamiento modifica ampliamente esta variable, por lo que su estudio de una manera no invasiva (mediante tecnología) es una estupenda forma de cuantificar nuestros progresos deportivos y obviamente determinar el punto de salida.

Por esta razón Juan Carlos siempre reclama un electrocardiograma antes de empezar la preparación deportiva.

También resulta útil conocer la relación entre la conocida FC y la VFC: A medida que aumenta la intensidad o la FC, la variabilidad de la misma disminuye. Si necesitamos bombear más sangre, por una demanda generada por la intensidad del esfuerzo, el corazón debe latir más rápido y el tiempo entre latido será menor.

Aplicaciones deportivas de la VFC

Conocido el concepto fisiológico de la VFC, cabe destacar su aplicación práctica en el ámbito deportivo.

En sujetos entrenados es un potente indicador de estados de sobreentrenamiento, en periodos donde la carga es excesiva y se debe generar un nuevo programa de entrenamiento destinado a revertir tal situación perjudicial para la salud del deportista y para su rendimiento.

No solo el estado físico puede medirse con la VFC, también el estado psicológico de la persona. Existe una adaptación psicológica del sujeto mediante la VFC, siendo esta un indicador muy fiable.

Se trata de un parámetro utilizado principalmente por los entrenadores y preparadores físicos, pero cada vez más son los aparatos que son capaces de detectar dicha variabilidad para informar, a nivel usuario, de su estado de salud en cuanto a la relación corazón-sistema nervioso se refiere.

Existen consejos médicos que desaconsejan el deporte incluso divulgando ser perjudicial para nuestro corazón y que presumiblemente podría reducir nuestra esperanza de vida. Sin embargo, el corazón de un deportista está mejor desarrollado y funciona de forma más eficiente que el de una persona no entrenada. De ahí mi reto de acabar la maratón después del infarto, quiero abrirle los ojos al mundo. SI QUIERES PUEDES.